miércoles, 27 de febrero de 2013

OPTIMISMO PATOLÓGICO

   Las cosas van cada día mejor. Pondré unos cuantos ejemplos para que no quepan dudas de que mis palabras adolecen de sustentación empírica.
   En Iraq y Afganistán no hay nada de que preocuparse, desde hace años son dos repúblicas democráticas asentadas y un ejemplo para sus vecinos. Siria es el paraíso de los amantes de las Mil y una noches. En el cuerno de África ya nada es como lo describió Sir Richard F. Burton en su libro Primeros pasos en el este de África.  
   En Oriente Medio, y sobre todo en Israel, Palestina y Egipto, se dice que han vuelto los faraones, que se ha cegado el Canal de Suez y que no para de nevar y llover. El Magreb es un país. El Sahara no existe, ahora se le conoce como El Vergel. Más al sur las cosas están cambiando, y todavía más al sur, los Bosquimanos gobiernan un mundo de fábula. 
   En la Antártida no hay hielo, sino una civilización perdida y escondida, y los pingüinos son atrezzo. De Oceanía no se sabe gran cosa, esta demasiado lejos. Asía, esa gran desconocida, ahora se llama Chinrus. Japón fue destruido por un gran terremoto, seguido de un gigantesco tsunami del que solo queda el recuerdo del vídeo juego de un fontanero con bigote. 
   Europa le tomo gusto a Zeus y siguen retozando por las playas de Creta. En el continente americano se ha descubierto una orquídea que, al olerla o tocarla, transforma a los seres humanos en seguidores de Appel, en realidad se cree que es una aplicación de la manzana mordida. 
   El Ártico no existe, ahora se llama el Hielo de Bárcenas.