sábado, 9 de febrero de 2013

MENTIR

Vista de Madrid desde el sur, con la sierra de Guadarrama al fondo

   Contar mentiras tiene por finalidad ocultar otras cosas. Por ejemplo: se puede mentir para evitar que el "enemigo", sea de una persona, una empresa o un país conozca la realidad y pueda tomar ventaja en sus relaciones, intercambios o guerra. También se puede mentir para evitar alguna clase de sufrimiento a un ser querido... Podemos decir que algunas formas de mentira tienen una razón de ser y una justificación ética o moral; incluso, a nivel judicial, un imputado tiene entre sus derechos el de mentir, pues es la justicia la que debe probar si miente o dice la verdad y actuar en consecuencia. 
   De los que nos gobiernan o aspiran ha hacerlo la mentira debe quedar desterrada de sus argumentos, sus discursos, sus gestos, sus programas y sus actos. La razón principal de ello es que van a gobernar tras someterse a un proceso electoral en el que la verdad debe resplandecer en todo momento, pues, alcancen o no el objetivo de ganar las elecciones, percibirán un salario público que sale de los impuestos que pagan los ciudadanos, y se les pagará por ser honestos en su trabajo, transparentes y defender las ideas, principios y acciones que llevaban en su programa, estén en el gobierno o en la oposición. Por eso, cuando un político miente a sabiendas que manifiesta lo contrario de lo que sabe, cree o piensa, no esta legitimado para ocupar un solo instante más el lugar para el que fue elegido, ya que llegó al mismo gracias al engaño; y no hay motivos para pensar o creer que no lo seguirá haciendo en el ejercicio del poder, porque si fue capaz de mentir para gobernar nada nos impide pensar que continúe con las mentiras y que concluyamos que su intención no era gobernar para los ciudadanos, sino medrar personalmente, enriquecerse y favorecer a los que le han aupado hasta el poder, en detrimento de los derechos de la mayoría y del buen gobierno.