miércoles, 20 de febrero de 2013

LA CLAC DEL APLAUSO CÍNICO

   Durante el discurso de Rajoy en el Debate del Estado de la Nación (DEN), la bancada popular aplaude ante  determinadas propuestas aparecidas en el discurso, me pregunto, ¿cuántos de los casi 11 millones de votantes que obtuvo en las últimas elecciones el PP harían lo mismo hoy? Rajoy ha sido "interrumpido" en 24 ocasiones durante su discurso, como es obvio dichos aplausos obedecen a un plan previsto de antemano para animar a los electores del PP, porque en realidad no había nada en el mismo que los mereciera.
   Lo mismo se puede decir sobre el líder del PSOE, pero en este caso la cosa es peor, pues el buen hombre se ha liado bastante en su respuesta. Ha hilado un discurso inconexo, repetitivo y falto de convicción, como si él mismo no creyera mucho en lo que estaba diciendo, y también ha sido interrumpido por aplausos de los suyos... Después todo ha degenerado en el "y tú más", con cifras falsas y reproches mutuos, murmullos e interrupciones de los discursos, en el que la bancada del PP ha ganado por goleada, tal vez debido a la buena educación privada recibida.
   Las buenas noticias de Rajoy han sido un mazazo para los ciudadanos. Sus palabras, fraguadas de retórica y datos maquillados, son la confirmación de la ineptitud de un modo de gobernar con el decreto-ley en la mano, basado en una mayoría absoluta ganada con mentiras y que no tiene en cuenta enmiendas o propuestas de otros grupos que no estén dentro del círculo de su ideología. No estoy de acuerdo con los que opinan que es uno de los mejores discursos de Rajoy, jamás ha sido capaz de hilvanar un buen discurso. Tiene un modo de hablar propio del siglo XIX o comienzos del XX, parecido a los del periodo Cánovas y Sagasta, a los que se refieren la redes sociales en estos días por Rajoy y Rubalcaba.
   Aunque nos duela reconocerlo estamos en manos de unos políticos mediocres, muy lejos del pensar y sentir de los ciudadanos. Unos individuos completamente institucionalizados que se sienten dueños de los resortes del poder, y que solo hacen concesiones de boquilla para luego, hacer y deshacer a su antojo, o el antojo del poder financiero y de las grandes corporaciones, que son las que mandan en la realidad. Y ésto es lo más grave, porque asistimos a un paripé que ha ido degenerando desde sus comienzos en el año 1978. 
   No me cansaré de repetirlo: el Legislativo no gobierna para la ciudadanía, solo para ellos e intereses espurios que nada tienen que ver con el pueblo, salvo para extraerles todo lo que puedan y algo más.